Amor por el romanticismo y el horror

 Miguelangel Paris Querido Santa, es muy temprano para escribirte está carta, aún quedan algunos meses, pero siento que cada año es más de lo mismo. Cada año siguen muriendo niños en las fronteras, en sus propios países, son despojados de sus tierras, obligándolos abandonar su hogar. Mi deseo es simple, puedes darme todo el carbon, no importa cuánto mal hicieron todos ellos, deseo que cada uno tenga una capa protectora que los cubra de las estrellas que caen del cielo, deseo que cada niño acompañe en una linda cena a su familia. Estoy atormentado Santa, cada que quiero ver comiquitas no puedo evitar ver las noticias, aunque nadie lo dice, aunque a nadie le preocupa, he visto la indiferencia del mundo ante otros como yo, quisiera que todos mis hermanos jugasen futbol, jugaran beisbol, compartan con sus abuelos, pero aquí estamos cerrando los ojos, tratando de no pensar en cómo el mundo se va a la mierda, en casas de papel, que se derrumban en un soplo. Quizás es muy temprano Santa, ...

 Querida mía, cuan solo me siento sin tu aliento calentándome, como desearía estar comiendo tu carne y embriagándome de tus besos, estar tan unidos que seamos uno solo, y de forma unísona mirarnos, suspirar y compartir el mismo latido.  Cuanto deseo tener tu piel en mi piel, perderme en tus ojos, en tus acordes, en ti... 

 Hay un color rojo que se pinta en mis paredes, como si un pequeño niño fantasma hiciera travesuras, sin patron, sin forma, solo colores apareciendo por mis paredes. Como pinceladas bruscas que buscan llamar mi atención, sin nada más que una conexión el rojo y yo. Pero luego esa línea dibuja una silueta que creo reconocer, como una suerte de azar, pinta a una muchacha hermosa, con hermosos labios carmesí, a quien toco, mientras el color pasa a mi cuerpo desafiando las leyes metafísicas, toma  todo mi cuerpo y me inunda de su bello color y cuando menos me doy cuenta, estoy en ese plano terrenal, siendo un dibujo, mirando todo desde una perspectiva menos sobria y lúgubre,  y ahí me encontraba haciendo el amor con mi aquella mujer carmesí, en cada rincón de mi hogar