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Mostrando entradas de febrero, 2025

La ultima vez

 Cuando las nubes eran bolas de fuego, y las montañas gigantes rascacielos, eramos una especie de siameses, con cuatro ojos, para siempre estar atentos, eramos los ojos de la luna. Y cuando los Dioses vieron como creciamos, se asustaron y uno de ellos dijo que "los matare a todos", pero Zeus dijo no "Cortalos con mi rayo" y entonces el cielo se lleno de fuego e innundo al mundo, entonces cayo el fuego y nos atraveso como una daga afilada, y rasgo a los hijos de la luna, tierra y del sol. Y algún Dios hindu cosio nuestras heridas justo por el medio, para recordarnos el precio que debemos pagar. Osiris y los Dioses del Nilo, crearon una fuerte tormenta, donde el mundo se lleno de mares y olas, para limpiar nuestros pecados, y sí seguiamos así y no haciamos caso, volverían a hacerlo y solo seriamos una criatura de un solo ojo. La ultima vez que nos vimos, fue una noche roja, eramos dos seres apartes, me miraste y yo te mire a ti, tenias algo tan familiar, ambos teniamo...

Maquiavelico

Se sienta en la plaza, el sol se desangra, las sombras se alzan, la brisa es fantasma. Las nubes parecen borrón de un cuaderno, donde escribió su pasado en un tintero eterno. Pensó en sus labios, su risa de fuego, los días dorados que ardieron en hielo. Pero el tiempo es sabio, y el hombre despierta, entendió que el amor no es celda, es puerta. Ella está lejos, tal vez en la cima, mirando paisajes que nunca imagina’. Quizás en la arena de alguna bahía, riendo con alguien que da su energía. Y eso está bien, el amor no es cadena, es viento que sopla donde el alma ordena. No hay rencor en su pecho, ni rabia, ni queja, solo un suspiro que al cosmos se aleja. La vida es así, un juego sin reglas, perder no es perder si aprendiste la lección correcta. Cierra los ojos, la ve sonriendo, y en su interior... él también va sonriendo. 

Foto Adjunta

 Hay una foto adjunta para cada recuerdo, como para cada oceano hay un barco y un velero, uno que empieza su viaje, y solo lo impulsa un recuerdo. Tres de cada cinco fotos tienen tu nombre, empolvadas, rotas, pegadas con cintas y anhelos, intentando invocar recuerdos, como un ritual demoniaco, como un triste regreso. Hay una foto que cuenta nuestra historia, y hay una foto que avisa nuestro eterno duelo, la foto que más duele en mi alma, es la que dice que ya no nos veremos