Sin remitente

Dime, ya lo se,

lo noto en tus mensajes, en tu voz,

en tu mirar. Dime que te has perdido,

que has construido una casa en el fondo

del desierto. Dime, entre besos, que soy

tu poema negro, la muerte fúnebre,

la carta sin texto. Dime, que ya no soy nada

que fui pasajero. Que ahora eres transparente,

dilo, malditasea, antes que ponga la pistola en

mi cabeza. Que ya no eres mía, sino de alguien

mas.

Te veo aun con aquella rosa que te di, esa,

que se marchita con el tiempo, esa que dejo

pétalos en tu ropa, con la que dormimos

nuestro primer día.

Dilo, que no eres tu, que soy yo, estaré

esperándote. Mi amor, mi vida, mi asesina,

gracias, por quitarme el conflicto que estorbaba

en mi vista, que ahora muere junto con mis

lagrimas en la brisa. Pretenciosa, te creí,

cada maldita palabra, cada noche que te dedique,

insomne, solo para ti. Ahora me voy, y no puedo

decirte adiós, porque te amo, y porque sigue

con vida tu voz en mi corazón.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Sin fotos

Ojitos de Gorrión

Vamos